El gigante chino Huawei no ha alcanzado su elevada ambición de convertirse en el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo. Esto se debe en gran parte a que los motivos son de carácter externo y están relacionados con las sanciones comerciales de Estados Unidos contra Huawei. Su estrategia se ha visto severamente perjudicada desde hace más de dos años por un embargo de las importaciones de hardware que ha restringido el suministro de forma significativa.
Como contramedida a las sanciones, Huawei ha desarrollado su propio sistema operativo, al que ha denominado HarmonyOS. Un gran número de desarrolladores han creado AppGallery y todo un ecosistema de aplicaciones y servicios móviles. Las limitaciones comerciales Huawei le impiden introducir smartphones con tecnología 5G, lo que supone un importante golpe para los planes de expansión de la compañía.